Wolfgang Amadeus Mozart, murio un 5 de diciembre de 1791, en Viena, a los 35 años de edad, a causa de fiebre reumática.
Con
su música, de perfecta escritura, riqueza, originalidad y de gran
sensibilidad, superó todos los esquemas establecidos por sus
antecesores. Asimiló las influencias más diversas con una facilidad
extraordinaria y realizó una síntesis que hizo resaltar su genio.
Escribió más de 620 obras, 46 sinfonías, 20 misas, 178 sonatas para piano, 27 conciertos para piano, 6 para violín, 23 óperas,
entre otras, dejando inconcluso el Réquiem en Re menor, encargado por
el Conde de Walsegg, obra que fue terminada por su discípulo Sussmayr y
los deseos de su esposa.
De talento incomparable, Mozart reúne
en su persona todas las virtudes de un músico y las exalta con su
genio. Su precocidad y el dominio técnico sobre todas las formas de
composición, sus innovaciones en la ópera, en la sinfonía, en la música
de cámara, la fuerza y sentimiento que le imprimió a toda su obra, la
majestuosidad y el talento que subyace en cada partitura, lo
transformaron en el mayor genio creador de la historia de la música
occidental.
Sus obras son consideradas perfectas y la moderna neurobiología le atribuye facultades estimulantes del desarrollo cerebral en los neonatos.
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